tu voz diciendo

tuve sueños muy raros.

anteanoche soñé con agua marrón y fresca. me acuerdo que estábamos sentados en la vereda con papá y ariel, y papá estaba ordenando "brillantes" y "diamantes". los brillantes eran grandes y azules y los diamantes chiquitos y blanquitos, papá insistía en su diferencia y me decía que los brillantes estaban hechos de un material llamado "tevezita", y que a tevez le decían así porque nosequé tenía que ver con ese material.
entonces creo que empezaba a llover y yo entraba en una habitación y miraba por la ventana. afuera había como un río, un mar agitado que iba y venía -yo sabía que era ese material- parecía el cosito de día y de noche que cae arena. entraba viento, yo cerraba la ventana.
daba vuelta a la habitación -o bajaba al otro piso- y hacía frío. se veía el río de la plata marrón y agitado, estábamos como en un muelle y había los periodistas que querían pasar. alguien decía de cambiar al riachuelo y yo pensaba en hacer caer el muelle para que todos se caigan al agua. alguien decía que estaban dispuestos, pero me daba pena.
yo volvía a subir entonces y como había llovido la habitación estaba inundada, llena de agua quieta y como un espejo. yo me ponía muy contenta, quería sacar foto y empezaba a bordearla rumbo a la primer ventana, pero había unos chicos ahí sentados junto a una mesa de luz y estaban jugando. yo les pasaba al lado y entonces la habitación se volcaba, quedábamos arriba. yo me preocupaba de que las cosas que estaban en mi mesa de luz no se fueran a caer.

plaza ppal de cbba con lichi y un chabón, ángeles debajo de los techos, un lugar para hacer una promesa.

anoche soñé con fantasmas. pesadilla, me desperté agitada. estábamos de la tía, antes era como un dibujo con líneas, alguien había trazado los dibujos y yo me iba a quedar con la sección 1 en donde había pizza. montaba un caballo. alguien había sido asesinado.
después estábamos en la casa de la tía realmente, en la habitación de costura pero era más grande y había mucha gente. apagaban la luz y de repente se sentía un grito. estábamos a puertas cerradas pero había entrado alguien y una chica estaba ensangrentada. prendían la luz, yo me acercaba y la chica sostenía un pañuelo, envuelta su mano todo con sangre. le preguntaba si estaba bien si la habían lastimado feo y ella me decía que le habían cortado nada más, y me mostraba su dedo índice de la mano izquierda que tenía un tajo profundo en la yema.
había entrado un fantasma y la había lastimado. el mismo fantasma había asesinado a alguien antes -sangre- y por eso lo temíamos.
iba por las habitaciones, todas en la casa de la tía, y le decía a los chicos que cierren sus puertas con las trabas -eran como las de las ventanas acá-. las piezas tenían todas dos o tres puertas, se interconectaban, y yo pasaba poniéndoles las trabas y asegurándome de que estén bien cerradas. mi habitación una de las puertas daba a otra que daba al patio y no tenía una traba muy segura. me preocupaba pero poco y pensaba en quedarme atenta. iba a la última habitación de los chicos -la de gabriel (?)- y también le avisaba que cierre su puerta. ahí venía jackeline y me decía que estaba preocupada por el poder que yo estaba adquiriendo -era porque antes había habido una discusión y yo le había contestado firmemente y había tomado yo la decisión- y yo le decía que no se preocupe, que yo era una buena persona, y ella me decía, pero igual, que yo tenía todas las cosas, y yo le decía que todo bien, que en mi anterior trabajo también era así y ahí no le daba más bola porque ya se anochecía.
los fantasmas salían de noche. yo volvía a la sala de costura -pared celeste- y entonces se empezaba a escuchar una música que venía de arriba. sabía que era uno de ellos, un chico adolescente, y que por eso no íbamos para arriba -se me hacía la imagen del sótano-escritorio de la tía de mis sueños-, y pensaba que estaba bien la casa nomás aunque lástima esto de tener que andar con cuidado por las noches.
jackeline venía conmigo, yo pasaba al lado de la cocina y por el patio quería entrar un fantasma. era de una mujer que tenía como una bolsa en la cabeza. estaba atravesando la puerta y con jackeline decidíamos no dejarla entrar. yo apretaba la puerta y la mujer empezaba a chillar un chillido agudo, como de un delfín. la apretábamos hasta que se quedaba afuera, intentaba abrir la manija. jackeline le daba mil vueltas a la llave y yo seguía trabando la puerta. pensaba en que podíamos dormir en la pieza de uno de los chicos, que podíamos tocarle la puerta -porque ya la tendrían trabada- para que nos dejen entrar, que ya se hacía tarde. y si no también podíamos usar la habitación de jackeline, que era la que estaba junto a la calle y tenía sus trabas bien. dando la vuelta rumbo a la pieza veía que la ventana del patio estaba abierta, afuera se veía gris y casi lluvia. no me preocupaba que el fantasma entre, iba a cerrarla y correr la cortina.
me desperté en medio de la noche y me alegré que en realidad no tuviéramos que lidiar con fantasmas todas las noches.

por último soñé que estaba en el dormitorio de la casa de la tía y que tenía dos hijitos. uno dormía en cada cama -había cama donde estaba la mía de chiquita- y estaban enfermitos porque no tenían nombre. yo buscaba a su papá para que tomáramos la decisión, él se sentaba en la cama del medio y yo le preguntaba a mi hijito de ahí -el menor- "ariel, vos cómo querés llamarte?". entonces me reía, lo miraba al papá y le decía, no es que quiera llamarlo ariel, es que me gustan los nombres que terminan en "el". ah sí?, me decía, y empezaba a hablar pero yo lo paraba y le contaba mi teoría sobre los nombres con "el", y le decía la gente así y le decía, como vos, el papá de mis dos hijos, desde el principio -y a pesar de todo, pensaba- yo sabía que eras importante.

y ya era de día cuando me desperté.

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que no estoy cerca

soñé que estaba en un avión, un avión grande y que íbamos hacia el pacífico pero no por el lado de perú, sino hacia el este. era un avión de dos pisos, el piso de arriba tenía un ventanal grande por el que se veía a lo lejos el océano. era precioso. también viajaban estela y giselle.
en un momento yo estaba arriba en la habitación del ventanal -que era amplia, como local vacío de shopping, y tenía alfombrado- y veía pasar por abajo del avión como un misil. era algo raro, parecía que se desarmaba. yo me asustaba un poco pero como no se sentía temblor ni se veía nada raro imaginaba que no nos había impactado.
bajábamos a la cabina y los pilotos estaban asustados. estela y giselle venían. por la ventana de la cabina se veía todavía el océano, pero el avión empezaba a temblar, yo imaginaba la turbina en llamas.
aterrizábamos y abrían la puerta, y uno de los copilotos bajaba de un salto. trataba de abrir la escalera inflable -tenía como un coso circular, me suena a parte de auto pero no se- y no se abría, forcejeaba, nosotros lo mirábamos de arriba preocupándonos cada vez más.
al final no se si lo abría, pero todos empezábamos a bajar desesperadamente. me acuerdo que una vez abajo corríamos como locos y yo miraba el avión y veía la turbina lanzando fuego.
atrás nuestro venían los pilotos también, el avión iba a explotar. yo me alegraba de que estábamos vivos pero me preocupaba porque iba a perder todo mi equipaje, y estaba llevando cosas importantes.
entonces me imaginaba que habría que repetir la situación, volvíamos al principio al avión al cuarto con ventanal donde se veía el océano y yo bajaba a avisarle a los pilotos que cuidado donde aterricen que se iba a prender fuego la turbina.


después en otro sueño estaba con estela en un pasillo -pasillo hospital-escuela-edificio grande de mis sueños- y estaban el marinero de raquel con otro chabón. con estela los seguíamos y yo le decía que el chico era feo pero que a veces tenía lindos ojos -verdes?- según cómo lo enfocaba la cámara. lo buscábamos para mostrarle a estela pero se metían con otros tipos y salíamos. en un momento estela se ponía a bailar -así como bailaba ella- y los tipejos se asomaban a la puerta para mirar.

rarísimo.

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eh...

la otra noche soñé que iba a la casa de la tía y en el camino me cruzaba con uno de mis alumnos de atb. le hablaba, me acuerdo, le preguntaba si después tenía que ir al canal -eran las 9 de la noche- y me decía que sí, yo le preguntaba cuál era su horario y me decía que de 12 a 12. doblábamos en el pasaje de la tía y el chabón iba conmigo, yo tocaba la puerta, me abría la tía, y el chabón entraba. yo me extrañaba pero le decía a la tía "este es uno de mis alumnos". estábamos en la cocina, estaba ezequiel también y la tía cocinaba o preparaba te. yo me preguntaba cuándo se iría este tipejo, igual no me molestaba pero era muy raro que estuviera ahí.

esta mañana soñé mucho, creo que con el aula de mis sueños, aula-oficina, había mucha gente, alumnos. no me acuerdo qué hacían pero la luz era de atardecer o de primera mañana. no me acuerdo. recuerdo puertas de madera, pupitres, sillas y gente en tonos de gris, lluvia o previo de lluvia. estaba clarísimo. ahora se ha ido.

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las mañanas

soñé que estaba en la casa de la tía y que estaba en su habitación. había alguien más, yo tenía mucho sueño y quería dormir. estaba echada en la cama leyendo en voz alta un texto intrascendental, y de repente este alguien -que estaba sentado a mi lado- me ponía la mano en la cabeza, en la nuca. yo me sentía repentinamente relajada, tranquila, perdía el hilo de lo que estaba diciendo, trataba de volver pero había perdido fuerzas y no sabía hablar. me volteaba a mirarlo, era una cara conocida. desconcentrada y extrañamente suavizado mi ánimo, proponía seguir durmiendo, pero me pasaba a la cama que hay del otro lado de la puerta -donde yo dormía de chica, que ahora está el sillón amarillo-. era de tarde noche y estaba lindo para dormir.

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los dejo escapar

esta mañana soñé que estaba en un edificio -el edificio de mis sueños- y que me perseguían abejas. yo empezaba a correr hacia abajo por las escaleras, que descendían en espiral. corría rápido, no las escuchaba ni las sentía a las abejas pero sabía que me seguían. bajaba y bajaba, eran muchas las escaleras y se repetían, pero estaba tranquila, llegaba a la planta baja y había un perro blanco y peludo. todo me movía corriendo, llegaba a la puerta -era azul y la reconocía por la luz que salía por debajo-, la abría -se abría sencillo- y salía a la calle. afuera hacía mucho sol, todo estaba amarillo. lo único malo que pasaba era que la puerta no se trababa cuando la quería cerrar. la cerraba varias veces pero no se quedaba. igual las abejas estaban lejos. entonces decidía dejarla así y salía corriendo por la calle, hacia el sol sobre el asfalto, y en un momento saltaba y empezaba a volar. llegaba alto, y ahí me daba cuenta de que no podía volar, entonces caía precipitadamente hasta estar a un centímetro del suelo.

ahí daba vueltas, pero ya estaba en mi cama.

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ya no tengo nadie a quien soñar.

estoy dejando escapar los sueños. me los acuerdo enseguida me despierdo pero me niego a anotarlos y entonces me los olvido.

tuve sueños clarísimos, casi dignos de ser contados por su alto valor cinematográfico, pero ya no los recuerdo.

hubo una noche que soñé que tenía un hijito, y que iba con él al supermercado, después tomaba un trufi y me acuerdo que tenía que pagar 5 pesos. me acuerdo que le iba a poner de nombre ariel, porque todavía no tenía nombre, pero después pensaba que ariel se iba a enojar, entonces mejor no.

antes soñé que estaba acostada en la cama, que era roja, y que veía en la pared a la nenita de la llamada, y que quería avisarlo pero tenía mucho sueño, y entonces un bracito me agarraba por el costado, me tapaba la boca. era un bracito finito, de una nena -una hermanita- y hablaba finito, como los coricoritos del kevin. yo trataba de gritar pero no podía, tampoco moverme, sólo respiraba fuerte. una vez me salía la voz, después de nuevo y giraba para el costado, y ahí me desperté.

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