anoche tuve sueños muy raros

en uno de mis sueños recuerdo que miraba por el balcón de la terraza de mi tía y veía unos perritos blancos sucios ladrarme. de repente sentía dolor en mi mano izquierda, en el espacio entre el pulgar y la mano, y veía un zorrito gris mordiéndome, colgando de mi mano. yo lo sujetaba, el zorrito me miraba, y le apretaba el cuello por detrás de la cabeza, con lo que aflojaba la mordida. lo agarraba apretándolo para no permitirle moverse, y bajaba a mostrárselo a adrian.
entraba a la casa por el taller de mi tía en la terraza, alguna gente me distraía pero a pesar de que no me dolía tanto, tenía apuro por llegar con adrian.
bajaba, y en lo que me acercaba a adrian el zorrito me mordía otra vez. mientras el adri lo miraba y me decía que me ataca porque no es nuestro, yo volvía a apretar el cuello del zorrito para zafarme. miraba mi mano y no se veía herida. pensaba que no me había asustado mucho, que había mantenido la calma a pesar del dolor, y eso era bueno.
llegaba al patio y lo soltaba, el zorrito salía corriendo y en dos saltos ya se iba a la casa de al lado. pensaba que quería uno que fuera mio, que me quisiera a mi. era un bello zorrito gris.

también se que soñé sobres manila con direcciones y otros sin ellas, y también un sueño raro con adrian que no voy a escribir pero se lo voy a comentar a él cuando lo vea...

anoche soñé que llegaba tarde al primer día de clases del último año del colegio.
estaba en mi casa de buenos aires y papá me distraía con sus cosas. me preocupaba -miraba el reloj a cada rato- y estaba bajando una escalera para irme, cuando llegaba mamá.
mamá estaba enojada con papá o algo así, y se quería prender un cigarrillo -ella no fuma-. le decíamos, en la casa no se fuma! pero ella no quería hacer caso. al final se iba al patio y prendía su cigarro.
yo me acercaba y por la ventanita entraba humo que me hacía toser. empezaba a cerrar puertas y ventanas, pero entonces decidía hablar con ella.
entraba y mi mamá estaba enojada con mi papá. yo le decía, es que no se da cuenta, los hombres nunca se dan cuenta de nada. ella me preguntaba si adrian también, y yo le decía, claro! adrian tampoco se da cuenta de nada, y pensaba que a pesar de que no pienso eso, era mejor decírselo para que se amiguen pronto con mi padre.

después caminaba por rivadavia con mis amigas del colegio, yo estaba preocupada de haber faltado al primer día. estaban giselle, pilar, guadalupe, estela, y creo que analía. no estaba cecilia. íbamos de la vereda que pasan los colectivos que van al centro, y cuando yo me daba cuenta -tenía apuro de volver a mi casa-, nos hacía cruzar. del otro lado recordaba una parada del 85, la buscaba -entre un montón de otras paradas- y la encontraba, a pesar de que los números estaban borroneados en todos los casos.
mis amigas seguían andando, conversando alegres, yo gritaba "pilar!", y pili se daba vuelta y volvia. le decía que me volvía a mi casa, pero todas se acercaban y giselle comentaba que tampoco había ido, con lo cual yo me quedaba más tranquila, y seguía caminando con ellas.

el adri también tuvo sueños feos. según él, fue porque dormimos muy separaditos.

soñé que me peleaba con adrian, que estaba enojada, molesta, y que le gritaba.

también soñé claramente con celdas, con ventanas y rejas, con duchas y caños de duchas, y con la sensación del agua caliente cayendo sobre mi cabeza.

soñé que a mi casa de buenos aires habían entrado ladrones por la terraza.

papá estaba en casa, yo estaba llegando desde gaona y presentía algo. papá sentía los pasos en el techo, yo lo escuchaba. él quería subir, los espantaba, pero volvían. subía, bajaba, teníamos miedo. entonces papá subía y yo atrás de él. habían vuelto a entrar y estaban haciendo ruidos. yo no tenía tanto miedo.

subíamos a la terraza y los veíamos. primero eran un par, pero entonces veía que eran una multitud, todos sobre el techo. estaban desarmando el tejado de mi cuarto, se estaban robando las maderas que lo sostenían.

yo me acercaba pero me hacían entender que no intentara nada, que ellos no querían ni nuestras cosas ni nuestro dinero, que sólo habían venido por las maderas.

le explicaba a papá para que se calme -y no haga nada- y pensaba, bueno nos va a costar comprar otra vez las maderas, pero ni modo. al menos no roban nuestras cosas ni nos hacen daño.

anoche adrian soñó muchos sueños, y soñó que en todos sus sueños, yo lo acompañaba.