también soñé con una hermosa casa fantasma.
estaba en un parque, detrás de rejas. y el que entraba y quedaba encerrado, ya no salía.
la casa era de dos pisos, bella. el segundo piso tenía techo de vidrio, como un vivero. hacia el frente, la puerta era doble y enorme, y al abrirla dejaba ver un interior sombrío. la casa se podía ver desde el Barolo, recuerdo que papá me la nombró alguna vez, pero no es lo mismo que verla en vivo.
había una muchacha (o un niño?) que descreía de las historias. quería convertir la casa en un hotel para famosos. yo la veía junto a la puerta de atrás, abriéndola y entrando. corría hacia adelante y temía por ella.
pero entonces las puertas se abrían y salían corriendo un montón de niños, como de una excursión. yo me asomaba y el interior recibía, desde un techo también de vidrio, una tímida luz de atardecer.
igual prefería salir antes que las puertas se cerraran conmigo adentro.

soñé que desde que inició el 2014 había comenzado el Apocalipsis.

el cielo se estaba oscureciendo, nubes negras lo cubrían más cada día. yo estaba como en Buenos Aires, con mi familia y con el dami. también estaba mi abuela, que, como siempre en mis sueños, había estado mal y a punto de morir hacia el año 2000, pero había sobrevivido bien hasta ahora.

pero era el fin del mundo y yo tenía mucho miedo. muchísimo. tenía miedo de morir, de que todo se acabe, quería seguir viviendo y conocer todos los años que tenía por delante.

por un momento parecía salir el sol, como cuando la resolana es delgada, y todos respirábamos con un poco de alivio.

pero entonces había como un fuerte viento en el cielo que traía nubes mucho más negras, que se juntaban en un punto.

yo salía de la casa con mi papá (creo que tenía al dami conmigo) y nos parábamos mirando hacia arriba. yo sentía terror.

entonces, mirando a la mancha negra, decía en voz alta, Dios, por favor detén esto, y haré que mi vida sea para tu gloria.

en ese momento, como una explosión desde el centro del cielo despejó las nubes negras, dejando ver el sol por detrás.

entonces yo, acaso podía volver a dudar?

mi papá había escuchado mis palabras.