tengo un silencio triste y una luz apagada
tengo ganas de seguir soñando pero ya no se con qué
tengo tiempo estallando en el aire y tengo mi voz rota
que se acurruca en un grito y sale
pero como aire
tengo paciencia como agua en aceite y parece
que no hay apuro en que se mezclen
parece que llevo demasiado en caida libre y ya no importa
si salté o me saltaron
porque no agito las alas de papel ni los brazos ni nada
y caigo de espaldas sin mirar al cielo y mirando al mar
abajo mío
y como si tuviera sentido seguir callada si tuviera
sentido seguir esperando
como si fuera
una luz en el cielo
o dos
las palabras son fuego de decir cosas
son llamaradas en el aire y son miles de pañuelos rotos
una vez me acordé de que yo era alguien
y esa vez no me importaba
otra vez para qué decir las cosas si nadie las lee
pero
no va a importar
por lo menos hoy.