hasta que regrese

sueño en pedacitos estas noches. y recuerdo sueños de hace tiempo que había escrito y que ahora y de repente se llenan de sentido.
sé que soñé con él, más de una vez. soñé que era como antes, que yo corría a comprar masitas -y compraba naranjas y pan- por una callecita de cochabamba, y cuando salía él estaba ahí, afuera, esperándome. y nos íbamos caminando.
esa noche después, soñé con un cangrejo.
otra noche, quizás antes de viajar, había soñado que me daban un pico para romper piedras. nadie creía en mí. el pico era pesado y las piedras no se rompían. no era mi deber -por eso no me preocupaba- pero yo seguía intentando.
ya acá soñé con esos orfanatos, grises y llenos de niños pequeños que se tropezaban, y de paredes altas y con una escalera roja que yo miraba desde arriba. por ahí subía una niña, sus padres la recogían en una carroza. raquel estaba también, pero hasta el martes duraría su libertad. qué pena me daban esos niños, qué pena me daba todo...
una vez la soñé a lunita, en la casa de la tía. un altavoz me iba indicando que cerrara todas las puertas. en el cuarto dormían la tía y la abuela -la abuela siempre está ahí-. el gatito se acurrucaba a mi lado. qué tiernito.

después recordé los sueños en los que me hablaron, es una puerta muy grande (la locura)... sos una chica muy valiente lucía... vas a tener que cuidarlo mucho...

supongo que todo tiene sentido así.
no se.
estoy bastante asustada.
por favor, cuidalo mucho.

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