silencio

anteanoche dormí muy tranquila y mis sueños fueron claros y calmados como flotar de espaldas sobre agua clara.

de hecho, en uno de los que recuerdo estaba en las aguas del rio de ciudad al atardecer, y de repente -como mostrándole a alguien que podía- alzaba mis piernas y empezaba a flotar boca arriba.

era bella la ingravidez.

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