heridas

anoche soñé que iba caminando por la calle. de pronto una botella de vidrio verde estallaba, y uno de los pedazos me hacía un pequeño corte horizontal en el lado izquierdo del cuello.

más por conciencia que por susto, me iba a emergencias del seguro a que me curen, pero estaba muy lleno así que me quedaba esperando en la puerta del lado de afuera, junto a una ventana. adentro, alguien conocido me veía y decía "lucía!, qué hacés acá?". yo le explicaba, y él me decía que entre, que emergencias es al fondo. yo decía que como se veían ocupados iba a esperar, pero él, sarcástico, me decía "claro si querés espero yo por vos eh", como diciendo, "es una emergencia!! entrá nomás!!. entonces yo entraba.

iba al fondo, doblaba a la izquierda, al frente y pared. había una puerta a la derecha, con ventana de vidrio. de ahí salía una enfermera que me atendía. primero echaba un gel sobre una especie de rejilla, y el gel se hacía líquido. sin decirme nada lo echaba sobre mi cuello -yo no sentía nada, pensaba que era antiséptico o algo así-. luego me charlaba sobre no recuerdo qué, y se iba.

una voz de enfermera que no veía me decía que me quite mi pantalón y me ponga los zapatitos. sin pensar, yo entraba en una habitación de puerta abierta que estaba a la izquierda. era una habitación muy amplia, había dos camillas grandes, y más hacia la puerta estaban atendiendo a dos niños -un niño y una niña-. yo no miraba.

la camilla más próxima a la puerta estaba manchada en la mitad con un líquido transparente que olía muy mal. yo estaba con mi mochila, mi camperita y mis cosas, y las apoyaba sobre la camilla, lejos de la mancha.

le preguntaba a la enfermera por los zapatitos, y justo los veía, al fondo a la izquierda. eran zapatitos blancos y con un tirito. los levantaba, pero no me daba para desvestirme ahí.

creo que las enfermeras se iban.

hasta ahí recuerdo.


después tuve otro sueño en que subíamos a una terraza blanca, alta y sin paredes, en la que daba de lleno el cielo y la luz del sol. habían construído casas para nosotros -yo y otro chico- en buenos aires, y las estábamos yendo a conocer y mostrar. primero entrábamos en la de él, por unas escaleritas, y adentro era como un camarote pero grande. había gente, ambiente ténue, todos en mesas tomando en copas de martini. había dos escaleras, una normal y otra de tablones y tanza -en lugar de soga-. yo quería subir por esa, pero alguien me advertía que se iba a romper. no hacía caso, y de hecho se rompía. yo caía al piso pero decía que no me había bajado porque estaba enredada.

salíamos e íbamos a mi casa.

mi casa -que era más bien un cuarto muy grande- era bella y acogedora. también tenía escaleras a un entrepiso. yo pensaba, qué pena, sólo la voy a usar unos pocos días una vez por año.

yo dejaba mi mochila junto a un sillón frente a una ventana. la luz entraba ampliamente. a la izquierda de la entrada estaba la habitación/living. las paredes y el piso eran de madera. había una mesa en el centro y la cama estaba al fondo a la izquierda.

entraba una niña y yo la echaba -no recuerdo esa parte- pero al final yo cerraba la puerta.

entonces veía una araña, marrón oscuro, parada entre la pared y la ventana. me acercaba como para matarla, pero la araña se ponía en dos patas y lanzaba veneno a mucha velocidad, tanta que golpeaba arriba entre el techo y la pared, y tan fuerte que resonaba el golpe. yo me sorprendía. la araña saltaba hacia ese lado de la pared y volvía a lanzar veneno. yo me daba la vuelta. la araña saltaba más cerca de mí, se paraba en el sillón -frente a la mesa-. yo entendía que no iba a matarla con mi zapato así que agarraba una escoba.

en lo que me daba vuelta, la araña volvía a saltar. yo no la veía, pero cuando volteaba, veía que mi mamá -que estaba leyendo el periódico sentada en la mesa-, se había levantado y la había cazado con su mano. apretó la araña y la tiró al piso. yo miraba a mi mamá asustada y horrorizada y le decía "es venenosa..."

mi mamá me miraba y se miraba sus manos. la araña le había picado en su mano izquierda. yo le decía que se chupe el veneno y lo escupa. empezaba a hacerlo, escupía saliva con sangre. pero el veneno empezaba a hacer efecto y mi mamá perdía fuerzas. yo me acercaba a ella para ayudarla a caer al piso. ella se hacía bolita.

yo bajaba corriendo las escaleras gritando "PA!!! PAPI!!! A MAMÁ LA MORDIÓ UNA ARAÑA!!!!". mi papá dejaba todo lo que estaba haciendo -creo que estaba en la computadora- y corría conmigo.
alzaba a mi mamá del piso, pero se demoraba un poco. yo le decía que era una araña venenosa y recién ahí mi papá se asustaba más. hay que llevarla al hospital, decía. yo confiaba en que habría un antídoto, y que el veneno no iba a actuar tan rápido. agarraba una camperita y tapaba a mi mamá, que estaba en los brazos de mi papá.

tardábamos, y en eso mi mamá se reponía, se paraba y decía "no era una tarántula -refiriéndose a araña venenosa-, era una -no me acuerdo, nombre de no venenosa, o no tanto-". decía que ya se sentía mejor y se recostaba en la parte de abajo de la cama marinera que tenían mis hermanos en mi casa de buenos aires.

yo la tapaba y le tocaba la frente. estaba más fresca. sí, ya estaba mejor.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

veo que eres una gran soñadora... a veces te leo... yo tambien sueño y me gusta, sobre todo entenderme a traves de mis sueños... por si te quieres dar un paseo:
http://despiertadormida.blogspot.com/

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