mejor me voy a olvidarte lentamente campo adentro

tuve un sueño rarísimo anoche -o esta mañana-

soñé que estábamos en una casa con carola o guadalupe, yo le estaba contando la película donnie darko. estábamos como viviendo la película, pero la versión argentina, así que el conejo en vez de ser grandote y terrible era un simple peluche que apenas alcanzaba un dejo de macabro cuando lo iluminábamos con una linternita de luz violeta. era de noche y salíamos de la casa, porque en la película el protagonista se encuentra al conejo cuando sale. yo llevaba mi cámara de fotos en la mano, en el piso en la entrada de la casa había pilas, cuatro grandes y una chiquita, y yo agarraba un par grandes -me preguntaba si no se molestarían los dueños- para cambiarle a mi cámara, que como no tenía buenas pilas no entraban todas las estrellas del cielo y el conejo no salía grande. la prendía y con la batería llena seguro que sí iba a salir.

llegábamos a una esquina y a una plaza, esperábamos encontrar al conejo pero yo me acordaba que el protagonista estaba solo, que yo cuando estaba en la película era el protagonista y estaba solo al salir de noche, al encontrar al conejo. pasaba gente, fantasmas, muertos que atravesaban la plaza en diagonal -nosotros también íbamos de esquina a esquina- y corrían, yo le señalaba a lupe sin mirar la dirección y le decía que los siguiera. creo que ella los seguía.

yo llegaba a la otra punta, había un micro del que recién habían bajado un montón de chiquitos que iban en línea recta a tomar un avión que los esperaba. en el micro habían tres chabones, yo los llamaba que bajen pero uno sin querer -o queriendo- había accionado el acelerador y el micro se estaba moviendo, iba a impactar con el avión. yo trataba de pararlo con las manos pero era muy pesado, lo paraba un poco y le decía a los chabones que bajen, pero se quedaban. al final me subía encima. iba a la cabina, se había convertido en avión, miraba los controles y encontraba un pedal para frenar. lo pisaba -el avión estaba girando sobre sí mismo- y pensaba decirles que salgan y saltar yo, pero entonces el avión se iba a seguir moviendo. encontraba una trabita que al lado tenía un dibujo que parecía indicar que eso trababa el freno. lo apretaba -pies en medias- y al soltar el pedal el avión se quedaba quieto.

salíamos rápido y empezábamos a caminar hacia el avión con los chiquitos, que estaba a dos calles de ahí. cuando estábamos llegando a la primer esquina, sentíamos de atrás que el avión que habíamos dejado empezaba a acelerar. yo sabía que era el conejo macabro, que era esa fuerza maligna la que lo prendía. yo me daba vuelta aterrorizada y les decía que corran!! llegábamos a la esquina y les hacía doblar la calle. "no va a doblar", decía, y a la vez pensaba "por favor que no doble". asomábamos, el avión corría y despegaba pero salía chueco. pensaba aterrada en el avión de los chiquitos en la otra punta de la calle. el avión que despegaba se torcía hacia la derecha, giraba en el aire justo encima del otro avión, y caía panza arriba apenas detrás de él.
desde el avión de los chicos se escuchaban los gritos de desesperación, nosotros mirábamos desde la calle, en pánico. el avión de los chicos se sacudía, al final se abría la puerta y salían todos corriendo. venían hacia nosotros, los agarrábamos y los metíamos en la calle hasta que terminaban de salir.

el avión de atrás no explotaba. los chicos volvían al avión de ellos y abrían el maletero, empezaban a sacar sus valijas. yo les quería hacer esconderse de nuevo, pero no me hacían caso asi que iba y agarraba mi mochila y otras más. las ponía en la habitación de costura de la tía -en lo que se había convertido nuestra calle-.

hay un espacio. pasó tiempo y el avión de atrás no explota. los chicos están por la calle tranquilos. yo acomodo un bolso más en la habitación y digo, si pudiéramos hacer espacio para que entren más chicos ahí. a nadie parece importarle demasiado. de repente empiezan a sonar las turbinas del avión. corriendo salgo a la calle y trato de entrarlos a las habitaciones. hay dos chicas sentadas entre la mesa y el televisor que se rien, entren! les digo pero no me hacen caso. cierro la puerta del comedor y entro a la pieza de costura. cierro esa puerta y me arrojo contra los bolsos.

explota el avión. gran estruendo. en la habitación pareciera que no hay nadie, cierro las ventanitas para que no entre el polvo. imagino que dirán "qué acto heroico" por salvar a los chiquitos, pero se que de esta zafamos, igual vamos a tener que viajar en avión y también a algún lado vamos a llegar. deseo con todas mis fuerzas que termine la película, el capítulo. pienso "dios por favor, no les quites la vida a todos estos chiquitos".

y me despierto.

0 comentarios:

Publicar un comentario