Desayunos

La otra noche soñé que iba en auto hacia una colina y, con todas mis fuerzas, deseaba que detrás apareciera el mar. Y tanto lo deseaba -y además era un sueño- que conforme avanzábamos empezaba a verse un horizonte de agua, sólo que no era azul verdecino, sino gris-café, porque no era el mar, sino el río. Era un poco frustrante, pero igual funcionaba.

También soñé que el adri se estaba yendo mañana, justo cuando estábamos por empezar el negocio. Yo pensaba en vender todo justo cuando acababamos de comprarlo, y el adri en tramitar algunos permisos, pero para qué, sí nos íbamos. Y la sensación de libertad era tan real que daba gusto, aunque sólo fuera un sueño.

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