me dejas con mis ojos en tus ojos

anoche tuve un sueño como película de terror.

soñé que estaba en un lugar como un hospital, con muchos pasillos y salas, algunas abiertas y otras con puertas cerradas.
al entrar había una sala celeste a un costado, y adentro había varias chicas, la de adelante era rubia y tenía los ojos cerrados. me decían algo, pero cerraban la puerta después de pasar yo.
pasaba por los pasillos y miraba a la gente; transitaban enfermeras y yo me preguntaba por qué había puertas cerradas. me explicaban que en esas salas había gente con aspecto tan espantoso que las mantenían encerradas para que los demás no se asustaran al verlos.
de repente salía luz por debajo de una puerta doble y el resto se volvía azul, y todos empezaban a correr hacia sus habitaciones. yo no entendía qué pasaba, pero alguien me explicaba que iban a bajar dos personas que eran de las cosas más terribles que habían ahí, y que nadie quería verlas porque luego no podías olvidar lo que habías visto.

entonces veía salir de la puerta doble dos siluetas. adelante, una chica rubia y alta, mirando seria y hacia adelante. y a su lado, por detrás y de la mano de la primera, una silueta deforme, caminando con dificutad. y le veía sangre.

empezaba a correr yo también, pero era tarde. todas las puertas se habían cerrado.
corría por el pasillo hasta la salida y llegaba a la sala celeste, la de la rubia de ojos cerrados, y entraba ahí. y cerraba la puerta.
la rubia sonreía enigmáticamente. las pestañas de los ojos cerrados hacían que parecieran cosidos a las mejillas. yo no había mirado a las chicas detrás de ella. entonces me daba cuenta de que en realidad ese era un cuarto de puertas cerradas, y me aterraba repentinamente saber que no podía salir y no sabía qué me iba a pasar si me quedaba adentro.

entonces la puerta se abría detrás de mí (yo estaba de espaldas a la puerta, de frente a la rubia), y entraban a la habitación las dos siluetas que habían salido de la puerta doble.

creo que salía corriendo de la sala, pero todos salían conmigo y éramos los únicos en el pasillo.

veía a las dos chicas antes siluetas. una era rubia y alta, seria. la otra era su hermana, y tenía todo el cuerpo cortado. el torso, las piernas, los brazos, la carne se le caía a pedazos. la cara era como la otra, pero toda desarmada. su hermana no la miraba, la sostenía de la mano derecha, la única que tenía vendada para sostener la carne, vendas ensangrentadas, la agarraba con la punta de los dedos.

yo miraba sin entender, creo que la rubia de ojos cerrados y las chicas que estaban con ella se habían quedado atrás, pero yo había ido con las hermanas hasta una sala más grande y oscura, con luz en el medio.
podía ver cómo sufría la chica del cuerpo cortado, toda sangre y toda la cara de dolor, y entendía que toda esa carne que se caía a pedazos era la razón de que sufriera tanto. ella lo sabría, creo, pero la hermana la mantenía entera y sufriendo.

entonces no sé como, decidía desprenderse de lo que le sobraba, y, no sé como, lograba que sólo quedara de ella un armazón (como un muñeco de animación), su cabeza, y sus manos, la derecha vendada y con sangre, todavía.
la hermana salía corriendo, y ella me miraba a mí como agradeciendo. pero yo no entendía nada.


***

después tuve un sueño tipo policial.

llegábamos a un departamento grande y con pocas paredes, con ventanales. éramos un montón de gente -eramos hombres- y veníamos de la cárcel o el hospital, con mucho dinero. entonces por el ventanal veíamos helicópteros y disparos. disparaban sobre nosotros! nos tirábamos al piso y alguien preguntaba por qué nos disparan? y yo le respondía por la plata! por supuesto. los disparos hacían que saltaran monedas al aire y era de noche, la luz eran los disparos y los helicópteros.
yo sabía que no había manera de salir con vida de ahí, me escondía detrás de un sofá, y me metía en un conducto. me quedaba en el medio.
en la habitación del otro lado, de la cual entraba algo de luz, hablaba uno de los tipos que venía por el dinero con uno de los nuestros. lo amenazaba. yo me quedaba quieto, mirando a otro lado, para que la sombra de mi pelo moviéndose en el conducto no les hiciera notar mi presencia.

entonces dejaba de ser protagonista y era espectador, y quien era yo salía del conducto y le iba a hablar al tipo que amenazaba. le decía que mejor los dejaran tranquilos. el tipo le decía ok ok, y entonces volvía a ser yo y me iba hacia la puerta, maldiciéndome por haber salido cuando estaba bien escondido, y sabiendo que ahora sí me iban a matar.

los hombres del tipo que amenazaba se levantaban de sus sillones con sus armas y yo salía del departamento cerrando la puerta tras de mí.
bajaba corriendo las escaleras, dos escalones por vez. escuchaba a los tipos arriba llamar el ascensor, sabía que iban a disparar desde el ascensor y que yo no iba a llegar abajo.
iba hacia una puerta azul y entraba. adentro había una vieja -muerta?- en un sillón casi trabando la puerta. la escena se repetía dos o tres veces hasta que yo entraba sin despertar a la vieja.
en la habitación sentía los gritos de los asesinos afuera.

corría por las otras habitaciones y en una encontraba una chica llorando. la agarraba de la mano -presentía que ya habían entrado en el departamento de la vieja- y salíamos. la chica me preguntaba qué pasaba y yo le decía que había que huir. saltábamos por un balcón rojo, las habitaciones de color oscuro.
llegábamos abajo del edificio y nos escondíamos. llovía afuera. ahora yo era la chica. daba la impresión de que estaba todo lleno de los malos. abrazaba al tipo agradeciéndole por haberme salvado.


**

y hubo un sueño antes que no me acuerdo muy bien, pero había agua en una especie de pileta. pileta chica. de repente me sumergían la cabeza dos brazos. eran mis brazos. me dejaban ahí y yo no podía soltarme. contaban uno, dos, tres, soltame! cuatro, soltame por favor!! cinco, si soy yo me puedo soltar sola, seis, siete, no puedo respirar! ocho, no llego a diez me falta el aire, nueve, diez,

y me desperté.

0 comentarios:

Publicar un comentario