turbulento despertar

salía de la casa y entraba al auto, tardaba en cerrar la puerta para que me viera quien quedaba en casa -y supiera que estaba yendome- pero no tanto para que no lo notaran los que conducían. el auto tenía vidrios polarizados, por eso sólo podrían verme si me asomaba, pero entraba rápido e incómoda y no sabía si me había llegado a ver.

estábamos huyendo y nos escondíamos. habíamos robado un banco o algo así y teníamos mucho dinero en el coche. en el asiento de acompañante viajaba brad pitt. el conductor también era brad pitt, y atrás, del lado que voy yo siempre, iba el dany.

hablaban sobre qué harian con el dinero, un yate, un auto lujoso. yo estaba preocupada, yo no quería irme de ahí, no podía pensar en el dinero. comentaba tontamente bolivia, y ellos agregaban algo sobre comprarme un mercedes -o un bmw-.

pasábamos por una tranca policial y nos escondíamos, tratábamos de ir calmados para no llamar la atención. el camino era como de tierra roja, como si fuéramos por la selva.

yo me asomaba a los asientos de adelante y le hablaba al conductor -un brad pitt-. le decía que si yo podía volver después que llegáramos a la china, que ellos sabían que yo no iba a decir nada, que no los iba a delatar. hablaba segura pero tenía mucho miedo que me dijeran que no, no quería irme! pero no podía huir y vivir con miedo de que vengan a buscarme y me maten. agarraba una de sus manos. les decía, a mi me gusta confiar en la gente, y que la gente confíe en mi. hacían un silencio, temía un no pero esperaba la respuesta. el brad pitt del asiento del acompañante le decía al conductor que él estaba poniendo unos chips, yo asentía -no me importaba que me implantaran uno con tal de que me dejaran volver a bolivia-, y el conductor decía que ah, eso podía ser.

llegábamos a un lugar muy soleado y distante. vacío casi sin gente. era la terminal, hora de la tarde en que no había nadie. bajábamos como en un hangar, uno de los brad pitts era ahora una mujer con vestido floreado. salíamos corriendo del hangar y al costado -sombra- estaba la entrada a "luna verde" -o media luna, pero verde era-, el lugar al que teníamos que entrar para estar a salvo de los policías. yo corría adelante y pasaba la reja -estaban cerrando la frontera hasta el día siguiente- pero la señora se tropezaba y caía. desde el otro lado, volvía hacia ella para intentar levantarla, pero sabía que así era la película, por más que intentara ella se iba a retrasar y no íbamos a poder pasar hoy.

nos quedábamos de ese lado. había un poco de temor que nos agarraran -estábamos expuestos mientras no cruzaramos la frontera- pero tranquilos.

habíamos viajado a ciegas en el avión. en el hangar había como una feria, le preguntábamos a una vendedora en dónde estábamos y nos contestaba -con un mapa?- en ruanda, áfrica. la lichi con su grabadora, le renegaba de que le había preguntado, era muy pronto en la película para revelar esa información.

mañana, cuando entremos a "luna verde" ellos se van a ir para la china y yo me voy a poder quedar, quietita, sin hacer espamento para que no recordaran que puedo ser un problema. no quiero quedarme acá, quiero estar en bolivia. pero estaría bueno viajar, igualmente. pensaba, cuando vuelva a bolivia luego puedo ir a la china y encontrarme con ellos, y viajar. no conocía áfrica, era el único continente que me faltaba.

en la espera, notaba que estábamos en el hemisferio norte. anochecía, yo subia corriendo a la terraza a ver las nuevas constelaciones, el otro cielo.

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