ya no tengo nadie a quien soñar.

estoy dejando escapar los sueños. me los acuerdo enseguida me despierdo pero me niego a anotarlos y entonces me los olvido.

tuve sueños clarísimos, casi dignos de ser contados por su alto valor cinematográfico, pero ya no los recuerdo.

hubo una noche que soñé que tenía un hijito, y que iba con él al supermercado, después tomaba un trufi y me acuerdo que tenía que pagar 5 pesos. me acuerdo que le iba a poner de nombre ariel, porque todavía no tenía nombre, pero después pensaba que ariel se iba a enojar, entonces mejor no.

antes soñé que estaba acostada en la cama, que era roja, y que veía en la pared a la nenita de la llamada, y que quería avisarlo pero tenía mucho sueño, y entonces un bracito me agarraba por el costado, me tapaba la boca. era un bracito finito, de una nena -una hermanita- y hablaba finito, como los coricoritos del kevin. yo trataba de gritar pero no podía, tampoco moverme, sólo respiraba fuerte. una vez me salía la voz, después de nuevo y giraba para el costado, y ahí me desperté.

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