turquesa

una vez más soñé con el mar.

soñé que un pariente o amigo rico nos había llevado, a mi, al adri, al dami y a papá, y quizás también a ariel.
habíamos viajado hasta europa, sólo por dos días, y llegábamos a la playa más bella, cara y exclusiva.
el agua era turquesa y transparente, y las arenas blancas. la playa estaba llenísima de gente -sombrillas-, pero no entraban al agua. el mar se extendía hasta el horizonte, pero tenía límites a los costados. eran dos paredes que empezaban en la playa y se perdían a lo lejos.
como era tan lleno, yo quería ir a otra playa, o viajar en bote. pero la esposa de quien nos llevó nos decía que no había más mar que ese, que todos los demás estaban muy lejos y que no nos alcanzaba el tiempo para ir.
entónces llegábamos hasta la pared de la izquierda y entrábamos al agua con el damian. unas chicas estaban nadando. venían las olas, unas más pequeñas, y de repente unas más grandes. el dami las soportaba de pie. el agua era muy grata.
yo me asomaba por encima de la pared y veía que detrás también había mar. eran playas privadas, me imaginé, porque también se veían casas, como puebleríos.
luego se hacía de noche, íbamos a dormir.
a la mañana siguiente corríamos a la playa, pero el agua había subido y llegaba hasta una pared que ahora lo tapaba de frente. estaba como fangoso. algunas personas caminaban por encima, más adentro. yo intentaba meter mi pierna -la derecha-, pero sentía como ardor.
unos hombres con redes comentaban que el mar había amanecido cubierto de musgo, y a mi me daba mucha impresión pensar que luego se vería turquesa, pero ahora está así.
nos íbamos, entrábamos en unas instalaciones y buscábamos pan para limpiar mi pierna.

luego era hora de volver. yo estaba contenta de haber conocido europa, pero no estaba segura qué playa exatamente era esa.

me contaban que en el camino, mientras yo dormía, habíamos pasado por castillos en paris y viena.
y yo me molestaba mucho de que no me hubieran despertado.

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