entresueños

anoche estaba soñando muy profundamente y de repente me desperté por ladridos y golpes. entonces sentí la presencia de la maldad, y me escondí bajo el acolchado. pero ahi recordé que no se va si no lo enfrento, entonces terminé de despertar y miré la sombra, y entonces se fue.

luego en la mañana sonó otra vez el despertador que anuncia la llegada de los buenos tiempos. la luz del día, apagarlo y dormir un poquito más pero sabiendo que todo está bien y va para mejor.

no me acuerdo qué soñé pero era intenso y algo incómodo. y adrian me cuidaba.

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un millón de años luz

anoche soñé que dábamos un taller en el chapare. eran los niños más especiales, y se encariñaban harto con nosotros, tanto que al final salían todos y nos abrazaban como queriendo que no nos fuéramos. todo esto lo veía en un video, un video de lo que había sucedido, pero también de promesa, como si fuera una proyección de lo que va a pasar. era bonito, muy bonito.

al salir llegaba el fer y yo le decía del taller, cuándo? me preguntaba, recién! la esta semana lo dimos! y el luigi salía corriendo y el fer lo perseguía para preguntarle cosas.

luego estábamos en un auto por la carretera a sacaba -como volviendo del chapare- y un chango corría al lado nuestro, como queriendo abrirnos las puertas para robarnos. adelante iba mari y yo le decía que ponga la traba de la puerta. la ponía, yo también, y el chango se retrasaba.

el luigi me daba mi paga -nos habían pagado menos esta vez, pero no me atormentaba-. me daba muchos billetes rojos -de 100- y unos cuatro o 5 cafecitos.

qué bueno.

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que termine abril de una vez!!!

una noche soñé que me había cortado el pelo, cortito, arriba de los hombros. le conté a adrian y me dijo, noo, no te lo cortes.

otra noche soñé que teníamos que ir a comprar algo con mamá, y era incómodo.

también hubo ese sueño de las piletas como las de los geysers en la que adrian se lanzaba y yo no quería soltarle la mano, porque el agua era verdosa y extraña y me parecía que ahí no se podía nadar aunque él andaba de lo más tranquilo. y yo pensaba entrar también pero sacarme mi chompa para que no me enfríe al salir.


una mañana fue, qué soñaste? no me acuerdo, y vos? tampoco.

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quien eres?

estoy soñando largo y me acuerdo. debe ser que les pongo atención, y me quedo un largo rato en un estado intermedio antes de despertarme del todo.

anoche soñé que adrian estaba lastimado. lo habían atacado, o golpeado, y yo estaba esperando que viniera en una habitación en un segundo piso. cuando lo veía llegar salía a su encuentro. estaba todo cachuzo, sus lentecitos rotos, sus ojos morados y uno con un parche. lo abrazaba fuerte, muy fuerte.

me llevaba a la terraza. arriba había mucha gente -era de noche, luces amarillas-, y entonces me contaba que se trataba de una especie de grupo secreto del que todos menos yo eran parte. estaba mamá, papá, y la lucía grossberger; adrian también, y creo que mis primos y amigos. todos! menos yo. adrian me llevaba y me contaba cómo era la cosa, hacían investigaciones sobre energías o algo así.

yo no tenía que estar ahí porque no era parte del grupo, pero como nadie me conocía -ni se conocían entre sí-, no notaban mi presencia. entrábamos en un auto para que me cuente, pero me asustaba que hubiera micrófonos y cámaras que me registren.

luego había un gato blanco y malvado que yo me esforzaba por agarrar con mis manos para que no se escape, lograba agarrarlo de las patas, y lo cargaba. tenía que llevarlo al campamento de este grupo secreto. me metía de noche, escabulléndome por la reja para que no me vieran. llegaba junto a una cabaña pero algo pasaba, un ruido, y me veían.

y ahí era cuando hacía una de las cosas más inteligentes que he hecho en un sueño. como no me conocían, no podían saber que era una invasora-. me hacía la tonta, decía que me sentía mal -el gato blanco aprovechaba para escaparse. era una persona, uno de ellos-. decía que mejor salgo a tomar aire, sí, salí, me decían ellos, amablemente. y me alejaba haciéndome la mareada -si me descubrían me mataban!-. salía despacio, cruzaba la reja.

en la calle un chico me disparaba con pistola de agua, pero no me molestaba porque me estaba escapando de una peor. llegaba a la esquina. doblaba. salía como de un edificio, ya estaba a salvo, alivio. qué bien, qué capa soy.

luego me desperté con la frente arañada. creo que me lastimé de dormida.


el marce soñó que íbamos por la san martín y entrábamos en una casa de te donde vendían masitas. en eso llegaba el fer y de repente se llevaban toda la comida y alguien decía que ahora ese lugar iba a ser un centro cultural.

el leo pensó antes de dormir cómo sería algo que pase. entonces lo soñó.
pero no le gustó.

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extensísimos

anoche soñé que había una bomba en una computadora y que sí o sí teníamos que desactivarla o íbamos a morir todos en la explosión.

primero era como una caverna, luego era una casa. había un chango que era el encargado -él que tenía que hacerlo, aunque yo no confiaba mucho en su capacidad-, pero habíamos mucha gente alrededor, todos esperando, simplemente, porque por alguna razón teníamos que quedarnos pase lo que pase.

el sistema de la bomba era extraño. era una computadora y tenía una cuenta regresiva que iba muy rápido. mientras el chango intentaba desactivarla del todo, los demás tenían que reiniciar la cuenta regresiva, volverla al tope, porque el tiempo realmente no alcanzaba. cuando estaba a punto de acabarse, sonaba una alarma.

a mi me daba terror el momento en que sonaba la alarma, porque si no la reiniciaban a tiempo -apretando un cablecito-, explotaba. yo era la única que sabía bien como reiniciarla, los demás se tardaban y perdían tiempo.

en un momento empezaba a sonar y yo, presa del pánico, salía corriendo hacia la calle. me sentía mal por lo cobarde, no es justo que yo escape y me salve. iba al auto -una 4x4- y cerraba bien la puerta -como para excusarme por haber salido-. detenían la alarma, yo volvía adentro.

decidía hacerme cargo. me acercaba al chango que intentaba desactivar y le preguntaba cómo iba la cosa. él me explicaba que tenía que desencriptar -o algo así- un diagrama, y me mostraba unos dibujos que yo no entendía. veía la pantalla de la computadora, como el escritorio de windows pero a veces medio pantalla de DOS, y con formas extrañas. yo le decía, por qué no lo llamás a adrian? vos sabés que él sabe como resolver estas cosas. él se ofendía -era un amigo de adrian-, no me respondía y se levantaba de la computadora. yo pensaba, bueno, es medio tarde pero igual podemos llamar al aparicio... bah, este nunca va a querer que lo llamemos.

entonces empezaba a sonar la alarma de nuevo -siempre que sonaba era que quedaban muy pocos segundos-. todos se agrupaban intentando apagarla, pero yo me acercaba y apretando el cablecito -yo sabía hacerlo a la perfección-, reiniciaba la cuenta al tope, 40 minutos o algo así. las cosas bien hechas.

pero después me ponía a hurgar la computadora. era de un chico que había programado para que explotara cuando él muriera -era un suicida de 27 años o algo así-, y todo lo que se veía mientras la cuenta regresiva eran mensajes suyos para los que sufrieran la explosión. yo me colgaba leyendo, o me perdía, y los números bajaban muy rápidamente.

sonaba la alarma y yo no la detenía. entonces había una pequeña explosión en el cpu, como un "puf" y un poco de humo.

todos salían de la casa como si realmente hubiera explotado todo, y todos teníamos que actuar como si nos hubiéramos muerto.

no me importaba. sabía que las posibilidades de que el chango la desconecte eran mínimas, y odiaba esperar lo malo que sí o sí iba a pasar, y solamente estábamos retrasando.

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quiero dormir asi contigo

anoche recuerdo tres sueños que tuve

uno es que estaba subiendo las escaleras de mi casa de buenos aires, las que son de caracol y siempre tienen abajo un abismo. esta vez no eran caracol sino rectas, y yo subía comida o documentos para que alguien arriba los firme. mis manos estaban húmedas o grasosas por la comida, así que se resbalaban un poco al agarrarme de la baranda -que solo era una, al lado contrario del abismo-. me molestaba y asustaba caerme, y al llegar arriba estaba de muy mal humor.

otro fue que iba a participar en una carrera de patines. yo era la más grande ahí porque las otras competidoras eran adolescentes. veía mis patines, eran fuccias sus rueditas, y un poco antiguos. una de las chicas empezaba a molestarme. me provocaba diciendo cosas como "mucha cosa para vos, no?" o algo así. yo me aguantaba, respondía tranquila con evasivas sarcásticas, pero la piba seguía. sus amigas -las típicas que se ríen maliciosamente pero no dicen nada- la apoyaban. yo me aguantaba, me aguantaba, hasta que al final decía, no, loco, no pienso bancarme esto. y le saltaba encima a la chica, la agarraba de la solapa y la zamarreaba diciéndole algo así como "ya me banqué esto por ... años y por cosas más importantes que vos, no tengo por qué tolerarlo ahora!!!". y me enfurecía mucho. más bien estaba adrian cerca, que nos separaba -por mi bien-, mientras yo pensaba qué otras respuestas pude haberle dado o qué más pude haberle gritado.

el último que recuerdo es que íbamos con un chico y una chica por j.b.justo hacia el lado de liniers. hacia ese lado por esa avenida siempre está lo desconocido, el más allá. y me entusiasmaba mucho cuando cruzábamos la calle que nunca habíamos cruzado. la chica veía un bus y decía, vámonos a la paz! yo con el chico decíamos, si? bueno... pero vamos a mi casa a recoger camperas o nos vamos a morir de frío! pero ella decía, vámonos ahora. no, no. y al final se desanimaba. yo me molestaba mientras cruzábamos hacia la plaza, y le decía, nosotros vamos a donde vas vos, asi que llevanos a algún lado interesante. vos sos la voluntad, vos guianos. y me sentia muy tranquila así.

adrian se despertó y me dijo "estabas en mis sueños!". y me contó dos que tuvo. en uno íbamos en busca de una máscara de oro y un mapa, o algo así, y atravesábamos lugares extraños hasta que la encontrábamos. la máscara era tal como la habíamos imaginado, cada uno por su lado, y eso era muy bueno. en el otro soñó que habia tenido una pelea muy seria con su compañero, y que por eso iban a echar a uno de los dos. adrian temía que lo echaran a él -no, qué molesto, estoy cómodo acá, dónde voy a ir?- porque le tienen bronca. y decidían hacer una votación. la votación era con sí y no, sí era que se quedaba, no era que se iba. era con urnas, en una mesa. al día siguiente entrábamos y veíamos la mesa, y veíamos las cajas y el recuento de votos. la mayoría de los casilleros marcados eran los que decían "L1", y él no entendia, pero yo le decía eso significaba "sí", que qué bien, todos habían votado que se quede. había un solo casillero vacío, y yo le decía, mirá, el aparicio no votó. y él me decía, claro, él es el que manda, no puede apoyar a ninguno de los dos, tiene que mantenerse neutral.


y sigue lloviendo.

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it's a song to say goodbye

hoy 13 de abril hacen dos meses de una cosa, 3 años de otra, y 8 años de otra.

anoche dormí como doce horas y soñé un montón.

lo primero que recuerdo es que estábamos como en una playa junto al río de noche. había mucha gente dispersa como que fuera una fiesta, pero muy poca luz. de repente se prendía fuego -había como señoras haciendo anticucho- y parecía fuego hecho con after effects -ahh... entonces sí se puede hacer-. el fuego quemaba a alguien, y otro alguien decía "que le echen con la manguera". todos pensaban que era de mal gusto porque la manguera era la que alimentaba el fuego con combustible. luego entendíamos que se refería a echarle agua.

entonces y rápido entrábamos como en una cabaña grande y oscura, corriendo -primera persona- adentro había pastizales -rosas?- y espinas. corríamos. alguien iba atrás de mi, sujetándose y yo tenía que cuidarle. corríamos porque escapábamos de los perros. a lo lejos -paralelos a nosotros- se escuchaban ladridos y gritos del otro grupo. los están atacando, por qué nos atacan? no se, seguí corriendo. los pastizales tapaban la visión, el suelo era tierra. de correr tropezaba y caía -y quien protegía caía sobre mi-. me incorporaba rápido para seguir corriendo. como no llegaba a entender, no llegaba a tener miedo, más que porque me decían que tenía que tenerlo.

salíamos de la cabaña y estábamos como en una ciudad de paso, sólo que atrapados ahí -el tren? creo que también soñé con el tren. último vagón, luz amarilla o noche-. había un señor viejito con un puestito de golosinas. adentro al costado había como mercadito. los demás que estában conmigo entraban a abastecerse.

desde afuera veíamos la cabaña, al otro lado se veía la puerta por la que habíamos entrado y se veía cercana, y los pastos no se veían tan altos. alguien me decía que cruzar eso era como pasar por otra dimensión, que con solo cruzar la puerta ya estabas ahí. y adentro era peligroso. alguien me empujaba hacia adentro, jugando, pero yo no llegaba a entrar del todo y salía enseguida. asustada.

la ciudad de paso era como un hotel. 14 personas teníamos que quedarnos ahí -qué problema organizarnos para compartir la ducha del único baño...-. yo caminaba por los pasillos, se parecía a mi colegio secundario -el de mis sueños-. entraba a una pieza de paredes azuladas y oscuras y revisaba un mueblecito. era como un baño pero en los cajones había comida -vencía el 1 de mayo, qué mal que ya era 5-. yo sacaba algunas cosas, había recuerdos de ese lugar. todo pertenecía a una chica que había muerto -asesinada o desaparecida- y me decían que no estaba bien que hurgara sus cosas. había pulseras? adornitos? muzzarella y pizzetas? demasiadas cosas para un solo cajón.

luego en otra parte del sueño llegaba con lupe a la rotonda del avión en la 6 de agosto. íbamos camino a mi casa -yo tenía algún apuro por llegar- pero en la esquina entrábamos a una tienda -acá vivís, lupe?-. ella abría la rejita y pasaba, cargaba una bolsa con jabón en polvo y empezaba a hablar por teléfono -el jabón en polvo era el crédito-. entraba el dueño de la tienda -su primo?- y decía algo. yo cerraba la rejita, que estaba como mojada o con aceite. teníamos que tomar el trufi, pero en vez de salir y tomarlo, de repente la tienda se convertía en la cabina y yo estaba en el asiento del conductor, lupe a mi lado. yo no se manejar! le decía, y apretaba el piecito de la derecha, que suponía que era el freno. el volante era pequeño. en el camino había camiones grandes -justo ahora me ponés a manejar!- y al girar el volante subíamos a un pequeño montículo. el de la izquierda acelera, apretaba, giraba el volante, frenaba y casi chocaba al colectivo enfrente mío. atrás el chofer nos seguía, parecía un gigante.

finalmente yo pasaba al asiento del acompañante -cómo molesta cuando hacen los cambios-. lupe se había ido, íbamos a ir a su casa -pero rápido! tengo que volver a la mía!-. me hablaba por la bolsa de jabón en polvo -se escuchaba mal-. su casa no figura en el mapa -o sí, pero lejos, donde esas estructuras circulares-. la calle está trancada, el chofer me dice que se va a despejar cuando crucemos boulvard. veo el cartelito, estamos transitando por boulevard. qué más da. que se apure. son como las calles de noche cuando salíamos tarde para ir al shopping.

también en algún punto me soñé en buenos aires, y soñé a mi tía o a mi papá reclamarme por haberme ido y tramando artilugios para que me quede.

antes de eso, y después de tres noches, sólo recuerdo haber soñado la primera. soñé que iba por un camino cargando bolsas o algo así, y a lo lejos veía un perro, pastor alemán. yo caminaba más despacio para que no me note, pero igual se acercaba a mi. qué molesto. me hacía la tonta. se acercaba más, no se por qué yo me sentaba en el piso, y el perro se echaba a mi lado, apoyándose. alguien venía y me veía. yo le decía, sí, ya se que voy con apuro, pero miralo tan tranquilo. me quedo un ratito para que descanse y luego sigo mi camino.

ayer, justo cuando estaba notando que no recordaba mis sueños, adrian me preguntó "qué soñaste?".

pero él tampoco se acordaba.

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suyos

al despertar adrian me contó que había soñado conmigo. soñó que estábamos juntos en un sueño y que el sueño nos quería llevar a muchos lados, pero antes de ir él me preguntaba "quieres ir?", a lo que yo contestaba "bueno dale". y recién entonces, íbamos.

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nombre?

soñé que estando en un lugar de cochabamba que parecía la confitería de la casa de pescadores hablaba por teléfono con papá y él me decía que mamá se había ido y se había casado con otro tipo. qué? yo me entero después porque vivo lejos.

estábamos entonces en una especie de fiesta, pero con luz lateral como de aula de la fadu, y estaba su nuevo esposo y también el padre de su nuevo esposo. ariel y papá andaban por ahí, y también había más gente. yo hablaba con su nuevo esposo -un abogado rico-, y luego con su suegro. estando ahí hablaba con giselle por teléfono y le decía que sí o sí el lunes me tenía que ir, y me ponía a lagrimear. el padre del nuevo esposo de mi mamá se conmovía con mi llanto y me daba mis anillos de oro blanco, que me los habían quitado un rato antes -sin que yo me diera cuenta ni recordara cuando, o habérmelos sacado-, pero le había parecido mal ahora que me conocía mejor y prefería devolvérmelos. en qué momento? me resultaba raro, y los aceptaba sin darle los que tenía puestos.

me acercaba a papá -esa gente nueva me resultaba muy perturbadora- y le preguntaba si tenía el teléfono de mamá -ahh, para eso me había acercado a su nuevo suegro siniestro-. me decía que sí, pero para qué? ya no hablaban, los había abandonado a él y a ariel, y poco se habían comunicado desde entonces. me contó que se había ido de repente, o sea que ya estaba con el otro tipo desde antes. y que ariel y él estaban desconcertados. me preguntaba si lo pensaba ver a ezequiel pero ya no había mucho tiempo.

quería ver a mi mamá. me resultaba increíble que no fuera ella la que me buscaba a mí.

también soñé que giselle tenía una hijita, gordita de como 4 años. era de su nuevo novio, aunque no estaba con él. reían juntas, ella la llamaba y la nena venía a abrazarla. era muy lindo de ver.

antes -o después- soñé que estaba en un edificio lleno de zombies. o algo así. yo estaba en la planta baja y -una vez más- no iba a dejar que me coman o me maten.
escapaba subiendo al ascensor -antiguo y amplio, que extrañamente no se balanceaba peligrosamente-. cerraba la puerta con trabita y bajaba. no, mejor subo -y apretaba el botón-, no, bajo y después subo para que no me encuentren. al bajar, mi bufanda celeste quedaba atrapada en la puerta. me preocupaba ahorcarme, pero la bufanda se deslizaba suavemente hacia mí y bajaba conmigo.

pensaba llegar al sótano y subir corriendo las escaleras hacia la salida.

o saltar por la ventana.

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al despertar

la liz soñó que el marco la llamaba por teléfono desde la cárcel, y ella se asustaba mucho pero él le decía "no te preocupes, cualquier rato salgo. salgo y vuelvo a entrar al día siguiente".

adrian soñó que salíamos a pasear por un lugar muy bonito. íbamos con un grupo de gente pero nos alejábamos porque estaban bebiendo, ebrios, y eso no nos gustaba. había un lugar con pinos pequeños a los costados, o algo así. nosotros íbamos agarraditos de la mano, juntitos, felices. asi me lo contó.

yo soñé dos veces que dos personas que no eran me llevaban de la mano y se presentaban ante mi familia o mis compañeros de trabajo. me incomodaba un poco -no eran!-, pero de alguna manera yo era solamente receptora de la situación, así que no opinaba.


ya empieza a olerse el frío del invierno.

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